Análisis de un anuncio: Coñac Soberano.
1. Anuncio analizado: Coñac Soberano.
2. Desde mi punto de vista,
todos los contenidos sexistas que aparecen en el anuncio son claramente
explícitos:
-
La mujer como ama de casa y cuidadora de
su marido, y además, aun habiendo violencia física y psíquica de él sobre ella.
-
Peor carácter del marido es sinónimo de
maltrato.
-
Se da por hecho que la esposa tiene que
soportar el supuesto “mal carácter” del marido y hacer que él mejore y cambie.
Ella es la responsable de ese cambio.
-
¿Cómo puede haber un cambio en el
marido? Ofreciéndole el producto que se anuncia: una copita de coñac.
3. Análisis e interpretación explicando por qué es sexista.
Es
cierto que es un anuncio de comienzos de los 70, es decir, de hace cincuenta
años. Pero quisiera analizarlo porque me parece un perfecto reflejo de lo que
fue esa época. Una época en la que las mujeres estaban supeditadas al hombre,
bien al padre, bien al marido (cuando se casaban). Los valores que se reflejan
en el spot publicitario son reflejo de una sociedad. Valores transmitidos a
través de sentimientos católicos, tradicionales y patriarcales. Sentimientos
que se han ido transmitiendo generación tras generación y que, de abuelas a
madres, ha llegado hasta nosotras.
El
anuncio muestra maneras de ser, de aguantar, de vivir, que les han tocado
soportar a nuestros seres más queridos. Actitudes que, más de uno y más de una,
habrá podido percibir a lo largo de sus vidas y en su entorno más o menos
cercano.
Analicemos, pues, diferentes factores de
esta publicidad.
·
Formas de representar
a la mujer y al hombre (papel asignado).
A
la mujer se la representa como la que espera a su marido cuando llega a casa
tras un largo y duro día de trabajo. Ella tiene que estar lista, con la casa
recogida, limpia; la cena preparada y casi a punto de servir; dispuesta a
soportar las contestaciones y malas palabras de su marido. Además, ella ha
cuidado su pelo, su vestimenta y su rostro para que su marido la encuentre
bella.
Por
otro lado, él, se representa como el marido que pasa todo el día fuera de casa,
trabajando y que llega al hogar agotado, sin paciencia y poco cariñoso, lo
cual, según nos hace ver el anuncio, es lógico, por el tipo de vida que lleva.
·
Diferencias entre las
representaciones masculina y femenina:
La representación de la mujer me recuerda a la imagen idealizada de la esposa perfecta que la “Sección Femenina” proclamó durante toda la dictadura franquista. De hecho, desde este organismo se publicó en 1953 el “Manual de la buena esposa”, en el que se daban herramientas a la mujer para mantener satisfecho al esposo. Una guía basada en once reglas: “Luce hermosa”, “ten lista la cena”, “hazlo sentir en el paraíso”, “no te quejes” y otras recomendaciones que son dignas de analizar.
En
este anuncio, la mujer es esa persona que tiene que contentar a su esposo en
cualquier circunstancia, incluso cuando él está dispuesto a maltratarla. Desde
luego que representa una dura realidad de la sociedad española a comienzos de
los 70 del siglo pasado.
El
hombre es visto como el “rey de la casa”. Es él quien sale a trabajar, quien
dispone y quien toma las decisiones vitales. Él es quien hace el trabajo duro,
quien lleva el dinero a casa. Se refuerza esa imagen en el anuncio.
Mientras
la mujer es quien lleva a cabo todas las tareas del hogar, tan poco reconocidas
en el matrimonio, en el entorno, o en la sociedad.
·
Tipo de lenguaje
empleado:
Dado
la época en la que estamos, no su utiliza un lenguaje igualitario. De hecho, se
nombra a la mujer como esposa y al hombre como el marido. No se habla de la
mujer y del hombre más allá de esos roles.
El
lenguaje visual es muy importante en el anuncio. Se muestra cómo el marido
grita y chilla a su esposa y además la maltrata físicamente (le da una bofetada
en la cara). Se ve claramente cómo le está pegando, lo cual me sorprende que se
muestre tal cual en un anuncio. Sin embargo, cuando estas imágenes se
desarrollan, la mujer lo relata de una manera que parece esconder el maltrato
que está habiendo. Lo relata así.
Transcripción
literal:
“Tiene
accesos de terrible cólera”. “Cuando me dice algo es siempre a gritos y con
malos modales”.
A
lo que la pitonisa le responde:
“Bueno,
bueno, ¿has pensado que tu marido trabaja muchas horas diarias y tiene derecho,
cuando regresa a su hogar, a encontrar un agradable recibimiento?”. “Mira esto
y procura que nunca le falte su copita de coñac. Verás como no falla”.
Y
es, mientras esta última intervención, cuando aparece la escena final en la que
la esposa le ofrece a su marido, esa copita de coñac. Es el único momento en el
anuncio en el que el marido sonríe y, su mujer, en respuesta, lo hace también.
Él la besa y a ella se la ve agradecida.
Creo
que el lenguaje que se utiliza en el anuncio es distintivo de una sociedad en
la que existía violencia de género. Violencia que se conocía, que se sabía y
que se toleraba.
·
Público:
El
lenguaje utilizado va dirigido tanto a ellos como a ellas, reforzando los roles
masculinos y femeninos de la época. La buena esposa y el típico marido.
Creo
que la edad del público que se busca en el anuncio es la horquilla de todas las
personas en edad de casarse y que ya están casadas. Incluso diría que estos
mensajes también calarían en la gente más joven, por los valores que se
transmiten.
·
Roles empleados:
Desde
luego, el anuncio representa, sin duda alguna, el modelo patriarcal de la sociedad,
como venimos diciendo a lo largo de este análisis.
Creo
que es un anuncio realizado por hombres, ya que en los 70 había muy pocas
mujeres dedicadas a la publicidad y, mucho menos, dedicadas a la dirección o
producción de anuncios.
·
Imagen empleada:
En
el anuncio aparecen cuatro personajes: la esposa y el marido, la pitonisa y su
ayudante.
La
esposa y el marido visten elegantemente, aunque estén cenando. Él viste de
traje (viene de trabajar) y su esposa viste con falda y un jersey. La pareja
tiene una imagen moderna para la época. Asimismo, tienen cuidado el pelo, ella con
peinado típico de peluquería. Además, la esposa está maquillada. Considero que
quieren dar una imagen de personas modernas, que se cuidan, que son jóvenes;
pero que siguen los valores tradicionales.
·
Expresión del género:
No
hay voz en off pero creo que es muy interesante el papel que desempeña la
pitonisa a la que la “esposa” va a visitar. Ella es una señora de mediana edad
que es quien le va a aconsejar.
Desde
mi punto de vista, representa la voz de la experiencia, la madre o la abuela
que aconseja a la hija lo que debe hacer en su matrimonio. Es la persona que ya
ha tenido experiencia previa en estos asuntos y quien sabe, seguramente, como resolverlos.
Es
la mujer la que está transmitiendo esos valores de: “aguanta todo por tu marido”.
Signo de una sociedad donde la propia mujer tenía muy interiorizados estos
roles de género.
·
Objetivo:
El
objetivo del anuncio es claro. Compra coñac Soberano para que tu marido esté
contento.
Muchas
mujeres, quizás, pudieran sentirse identificadas con lo que el anuncio
representa, con su situación diaria en el hogar y, por ello, podrían relacionar
sus necesidades con la compra de esa bebida alcohólica. Bebida que, obviamente,
se dirige al consumo masculino, no al femenino.
·
Valores:
Se
transmiten valores machistas, patriarcales, de aguante de la mujer hacia el
hombre.
Valores
de resiliencia hacia la violencia machista.
Valores
de sumisión de la mujer hacia el hombre.
Valores
donde la mujer pasa a un segundo, tercer o cuarto plano frente a los deseos de
su marido.
Valores
tradicionales.
Valores
antiguos.
Y,
desgraciadamente, valores que aún en día se mantienen en la sociedad y los
cuales se reflejan en las cifras de la violencia de género actual. Reflejándose
en los cientos de asesinatos que hay en España, de mujeres a manos de sus
parejas o de sus ex parejas; y de maltrato psicológico y físico de muchos
jóvenes en sus relaciones con chicas.
Conclusiones finales
Aunque
este anuncio tenga casi medio siglo y parezca muy lejano, me hace pensar en lo
que nos queda por recorrer aún, en lo mucho que todavía hay que cambiar en la
sociedad.
Pero
también me da por pensar en la responsabilidad que tenemos como ciudadanas y
como ciudadanos, como educadoras y como educadores. Por ello, considero que
tenemos que asumir compromisos y reforzar los valores igualitarios en nuestro
día a día, en nuestro entorno. Y desde el punto de vista de las redes sociales
y de la publicidad, debemos fomentar un cambio de roles de género hacia lo
igualitario, más allá de nuestro género.
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