Unidad 4. Tarea final.

Indagar en el presente...


Como dije en una de las primeras publicaciones del Diario de aprendizaje son, las personas que tengo a mi alrededor, aquellas que me inspiran y que me hacen replantearme las cosas.
Para esta tarea final de la unidad 4 quisiera traer a colación a una de mis primas. “Pongamos que hablo de…” Carmen”. Como dice Jorge Drexler en una de sus canciones cuando quiere dejar en duda el nombre de la persona de la cual hablará en su tema.
Pues bien, mi prima Carmen. 37 años. Informática madrileña afincada en Alemania por cuestiones laborales. Con la crisis del 2008, como todas y todos ya sabemos, los salarios comenzaron a ser mucho más bajos de lo que ya eran antes de ese año; las condiciones laborales que ofrecían las empresas no eran justas y había que echar horas y horas en la oficina sin que ese trabajo fuera remunerado.
Mi prima fue una de las personas que, por su esfuerzo personal y por la carrera que había estudiado, no tuvo problemas en mantener su puesto de trabajo. Sin embargo, ella pensó que lo que le ofrecían aquí no era lo que quería. Así que decidió hacer sus maletas y marcharse a Inglaterra y de allí a Alemania, para poder crecer profesionalmente en un entorno más benévolo de que lo que era, por entonces, España.
A día de hoy, Carmen es la encargada de un equipo de unas 20 personas en una gran empresa canadiense. Ella es la “Proyect manager” dentro de un equipo humano donde las ¾ partes son hombres. En nuestro país creo, sinceramente, que alcanzar ese puesto le hubiera costado mucho más tiempo, mucho más esfuerzo y con un salario peor pagado.
El rol que mi prima desempeña en la empresa para la que trabaja ha sido, tradicionalmente, desempeñado por hombres. Me alegro mucho de que ella, totalmente capacitada, fuera seleccionada para acceder al mismo. No muchas mujeres son tenidas en cuenta para este tipo de puestos gestionados por hombres.
Acerca de los estereotipos que ha tenido que superar, creo que han sido varios:
§  Mujer que estudia informática. Carrera en la que la mayoría de los estudiantes son hombres.
§  Mujer que no puede hacerse cargo de un grupo de 20 personas. Tuvo que enfrentarse a los miedos que el resto de su equipo, por el hecho de ser mujer, no le apoyase en este nuevo puesto.
§  Mujer que asimila cargo de responsabilidad en un entorno muy masculino y donde los altos mandos son, en su mayoría, hombres. No aceptación de que una mujer pueda marcar las pautas que seguir en un proyecto.
En cuanto a los micromachismos que hay en este ámbito quisiera remarcar los asociados a los estereotipos anteriormente señalados.
Micromachismos que se pueden apreciar en las maneras de comportarse y en los posibles comentarios de sus colegas. O la posible duda que esos mismos compañeros y/o compañeras  puedan tener acerca de la menor cualificación de una persona por el hecho de ser mujer.
Por último, otro micromachismo en el ámbito laboral es el que, por imposición social, la mujer tenga que vestir y maquillarse de una manera considerada “muy femenina” para “dar un visto bueno” delante de sus iguales. Esto es: ropa que la estilice, maquillaje en su rostro, peinado bonito, colores que la favorezcan, tacones (a ser posible) y un largo etcétera que, quien sea mujer, entenderá de lo que hablo, ya tristemente que habrá tenido la oportunidad de comprobarlo. De esta manera se está dando demasiada importancia a la estética de esa mujer, cuando lo que realmente importa es la labor o las tareas que desempeña en un proyecto, en una empresa. Es una “ley no escrita” que cosifica a la mujer en el ámbito laboral.
El último punto del que hablaré será de la propuesta para la educación en la igualdad. Yo estoy muy segura de que, la igualdad se tiene que gestar y que recibir en todos los ámbitos de la vida. Desde la familia, por ser quizás, uno de los núcleos esenciales en la formación de las niñas y de los niños. Pero también desde cualquier centro en educación reglada, así como no reglada. Además, toda la comunidad educativa debe ser apoyar y promover estos valores en igualdad.
Obviamente, no podemos olvidarnos del apoyo de las instituciones públicas, que son quienes tienen que promover esta igualdad a través de una legislación que garantice, de facto, la igualdad entre hombres y mujeres. Empresas de todo tipo, museos, asociaciones privadas y cada ciudadana y ciudadano somos responsables, también, de este cambio.
En el camino hacia la igualdad siempre estaré a favor de la Educación como herramienta esencial en todos los niveles, como acabo de señalar. Recursos como los siguientes podrían ser utilizados en cualquier ámbito y para cualquier edad : a través de cursos, proyectos escolares, juegos de sensibilización hacia la igualdad de género o la escucha de canciones no sexistas ni machistas, por ejemplo.
Considero que, en nuestro día a día, debemos ir implantando cambios en nuestro entorno más cercano: con nuestras familias, con amigas y amigos, con vecinos y vecinas, así como compañeras y compañeros de trabajo. Solo en un entorno concienciado en una educación que favorezca la igualdad lograremos que las mujeres y los hombres del futuro sean personas más libres y más justas.


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